Si tu puerta de MDF está dañada, ¡no te preocupes! Puedes arreglarla tú mismo. Primero, mira si hay grietas o agujeros. Si es así, usa masilla para madera para rellenarlos. Deja que se seque bien y luego lija la superficie para que quede suave. Si la puerta está despintada, usa pintura para madera del mismo color. ¡Y listo! Tu puerta quedará como nueva.
Si la puerta está floja, puedes ajustar los tornillos o bisagras. Si la puerta no cierra bien, puedes usar una herramienta para ajustar la posición de la puerta. ¡Con un poco de paciencia y herramientas básicas, podrás reparar tu puerta de MDF como un profesional!
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