Imagina que tienes un trozo de madera grande y mojado. Si quieres hacerlo más pequeño y ligero, lo puedes secar al sol o con una máquina especial. Las láminas de madera deshidratadas son como eso, pero en forma de láminas delgadas. Es como si tomaras un trozo de madera, lo cortaras en rebanadas finas y luego lo secaras para que no se pudra.
Estas láminas son útiles para hacer muebles, construir casas, o incluso para crear artesanías. Son ligeras, fáciles de trabajar y no se pudren tan fácilmente como la madera normal.
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