Las puertas de contrachapado son bonitas, pero el agua no les gusta nada. Si se mojan mucho, se pueden deformar, hinchar o incluso pudrirse. Para protegerlas, hay que tener cuidado con el agua. No las pongas en sitios húmedos, como el baño o la cocina. Si se mojan, sécalas lo antes posible con un paño seco. Y lo más importante, si ves que la puerta se está deformando o hinchando, ¡llama a un carpintero para que te la arregle!
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