Es normal que los muebles de madera crujan un poco, especialmente por la noche cuando hace más frío. La madera se expande y se contrae con el cambio de temperatura, y este movimiento puede hacer que los muebles crujan. También puede ser porque la madera se está secando, lo que hace que se vuelva más frágil y que se rompa más fácilmente.
Si los muebles crujen mucho, puedes intentar ajustarlos para que sean más estables. También puedes intentar aplicar un poco de aceite de madera para ayudar a lubricar las articulaciones y reducir el ruido. Si el crujido es muy fuerte o si los muebles están dañados, es mejor consultar con un carpintero para que los repare.
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