Imagina que tienes muchas láminas finas de madera, como pan de molde. Se pegan una encima de la otra, pero cada lámina se coloca en dirección opuesta a la anterior, como si estuvieras haciendo un tejido. Luego se prensa todo con mucho calor para que las láminas se peguen bien y queden fuertes. ¡Así se hace el contrachapado!
El contrachapado es más fuerte que la madera normal porque las láminas están entrelazadas. También es más estable, no se deforma tanto cuando hace calor o frío. Además, como se hace con muchas capas, no tiene nudos, lo que hace que sea más fácil trabajar con él.
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