Imagina que quieres cortar madera con un láser․ Para que funcione bien, necesitas elegir la madera con el grosor correcto․ Si la madera es demasiado fina, el láser puede quemarla completamente․ Si es demasiado gruesa, el láser no podrá cortarla bien․
Para elegir el grosor adecuado, tienes que pensar en qué quieres hacer con la madera․ Si quieres hacer algo sencillo, como una placa de madera, puedes usar una madera fina․ Si quieres hacer algo más complicado, como una figura de madera, necesitas una madera más gruesa․
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