¡Es fácil! Las puertas contrachapadas están hechas de varias capas de madera pegadas juntas, como un sándwich․ Son fuertes y duraderas, pero pueden ser un poco más caras․ Las puertas de melamina están hechas de un material plástico que se pega a una base de madera․ Son más baratas que las contrachapadas, pero no son tan fuertes y pueden rayarse con más facilidad․
Para diferenciarlas, fíjate en la superficie․ Las puertas contrachapadas tienen una textura de madera más natural, mientras que las puertas de melamina tienen una superficie lisa y uniforme․
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